En el diván: la terapia psicoanalítica

El famoso diván… El inconsciente… La infancia… Cualquiera que haya oído hablar de psicoanálisis alguna vez en su vida, podrá relacionarlo con alguno de estos términos. Pero, ¿qué peso tienen realmente todos estos conceptos en una terapia psicoanalítica? Es decir, ¿en qué consiste exactamente un psicoanálisis?

Una terapia psicoanalítica busca, al igual que el resto de las terapias, el bienestar del paciente. Sin embargo, el método que utiliza difiere radicalmente del resto de corrientes. El psicoanálisis, tal y como su nombre indica, consiste en un análisis profundo de la psique humana. Con este análisis se busca en todas las experiencias que han sido significativas para el paciente, y que lo han llevado – de una manera u otra – al momento presente, en el que siente que algo va mal, que no es feliz, que está sufriendo. De nuevo, está búsqueda es exhaustiva y laboriosa, porque además de las experiencias que el paciente nos cuenta, hemos de estar atentos a otra información que es menos explícita. Esta información, a la que accedemos a través de los sueños, los lapsus, y la asociación libre, viene del inconsciente. Y aquí nos topamos con otra diferencia fundamental respecto a las otras terapias: el psicoanálisis cree en la existencia de «el inconsciente». De hecho, el inconsciente es el pilar sobre el que se basa toda la teoría psicoanalítica. Pero, ¿qué es el inconsciente? El inconsciente es una estancia dentro de la psique humana, que queda fuera del alcance de la consciencia, y funciona con sus propias leyes y mecanismos. Para el psicoanálisis, las decisiones que tomamos, los pasos que damos y nuestras acciones, siempre están mediadas por el inconsciente. Y en ocasiones, aquello que quiere nuestro inconsciente puede no coincidir con lo que es mejor para nuestro equilibrio psíquico.

Pongamos un ejemplo: un chico joven preparándose para unas oposiciones. Trabaja duro, estudiando todos los días, esforzándose, y sabe que posee los conocimientos necesarios para pasar con nota los exámenes. Sin embargo, cada vez que se presenta, pierde la seguridad en sí mismo hasta tal punto, que acaba siendo un desastre de examen. Ya le ha pasado varias veces, por lo que decide acudir a un psicólogo para evitar que «los nervios» vuelvan a jugarle una mala pasada. Desde una terapia psicoanalítica, intentaríamos indagar en la vida y experiencias de este chico para descubrir por qué está sucediendo esto. A un nivel consciente y racional, él sabe que ha estudiado lo suficiente, se siente preparado y no parecen existir motivos para fallar, pero hay algo más que está influyendo en su desempeño y su seguridad, y ahí es donde el psicoanálisis empezaría a buscar. Este ejemplo es bastante sencillo, pero de la misma forma se haría con una mujer que no puede evitar meterse en relaciones problemáticas que le hacen daño, o un hombre que siempre acaba teniendo problemas en el trabajo con aquellos que están por encima de él, o una mujer de mediana edad que desde hace meses presenta dermatitis por todo el cuerpo. Todos estos casos muestran una serie de problemas que, a priori, no tienen una explicación lógica o racional ni consciente, pero si se indaga más profundamente, se acaba hallando la raíz del malestar.

Una vez se sabe dónde está el problema, y dónde hemos de empezar a indagar, el analista ha de estar en un continuo estado de doble escucha: por una parte, estará atento al discurso del paciente, y por otra, atenderá cuidadosamente a aquello que el paciente está diciendo sin saber que lo está diciendo: los lapsus, las equivocaciones, las negaciones, y un sinfín de procesos y mecanismos que nos ayudan a acceder a toda aquella información que ha sido reprimida. Con todo esto, el analista llega a conocer el funcionamiento psíquico de la persona que tiene delante, y puede ayudarle a recuperar ese estado de bienestar perdido.

¿Cómo ayudar al paciente a sentirse bien de nuevo? En una terapia psicoanalítica, el analista es como un lienzo. El paciente llega a terapia, con preocupaciones, miedos y angustia, pero no es capaz de identificarlos correctamente porque están desdibujados y sin forma. El analista actúa como un lienzo en blanco, en el que el paciente puede, al fin, expresar todos esos miedos, angustias, y deseos que le acompañan. Y una vez puestos sobre el lienzo, el paciente es capaz de identificarlos y reconocerlos, y a partir de ahí, evitar que le causen malestar. El analista se adapta a lo que el paciente necesita: la personalidad del analista no es importante en este tipo de terapia, sólo importa lo que el paciente necesita que sea. Por esta razón es de vital importancia que un psicoanalista haya pasado por un análisis personal previo, para poder convertirse realmente en un lienzo en blanco, y que no haya ningún resto del yo del analista que pueda afectar al paciente. 

Las terapias analíticas suelen durar varios años, y la frecuencia de las sesiones variará en función de lo ortodoxo del analista, pero al tratarse de un análisis tan profundo, es necesario que la relación terapéutica disponga de tiempo para afianzarse. Del mismo modo, no todas las personas tienen que beneficiarse de este tipo de análisis. Al tratarse de un proceso laborioso y en ocasiones duro, la persona que elige este tipo de terapia ha de poseer cierta madurez mental, por lo que la edad es un factor a tener en cuenta.

El alta en un psicoanálisis llega cuando el paciente es capaz de reconocer su funcionamiento, sus miedos y deseos, y manejarlos de la manera más adecuada para conseguir un equilibrio sano en su vida. Con el fin de la terapia, el paciente recupera el control sobre su vida, la sensación de bienestar, y un conocimiento sobre sí mismo mucho más profundo del que tenía anteriormente. La psicoterapia es, básicamente, un proceso de conocimiento de uno mismo.

En el último post hablé de las razones personales que me habían llevado a dedicarme a esta corriente psicológica, pero no hablé sobre lo que realmente implica seguir una terapia analítica. Con este post espero clarificar de forma muy concisa, en qué consiste una psicoterapia de este tipo. En la sección de comentarios podéis dejar sugerencias para futuros posts, o dudas acerca de éste. Espero que os haya sido de utilidad, aunque como Freud comentó en una de sus conferencias: la mejor manera de comprender el psicoanálisis, es pasar por él…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *